miércoles, 10 de agosto de 2011

Separación

¿Qué puedo decir? Tu ausencia me afectó cual corredor que, luego de sufrir un accidente, perdió una pierna y pretende seguir corriendo.

Gracias Dios porque en nuestras vidas no suceden los accidentes y esta situación sólo es llevadera pues corro tomado de Su Mano, lo cual me permite correr y saltar y al mismo tiempo sonreír a pesar de la congoja.

Dulce princesa, hermosa mariposa, paloma de alas blancas que surca los cielos y que un bello día se dignó a anidar en mi corazón. Amada mía, tu ausencia caló mis cimientos, tu voz hizo eco en mí como antes no lo había hecho. De algún modo entiendo con mayor profundidad la complejidad de la vida sin accidentes, y es que no tenerte cerca me llevó a necesitarte a niveles inimaginables.

Ven toma mi mano, y ascendamos juntos a la dimensión de lo desconocido, al punto donde se fusionan los seres y se pierden los límites, al punto donde yo dejo de ser yo y tú dejas de ser tú, donde somos uno.

Dejemos, a pesar de la distancia, las fronteras, rompamos las leyes físicas, que el espacio deje de ser espacio, que el tiempo deje de ser tiempo, para volver a estar juntos, para verte a los ojos sin tenerte en frente, para acariciar tu cabello a pesar de que esté en otro continente, para tomar tus manos y besar tus labios a través de los miles de kilómetros que tenemos en medio y que no nos separan.

Quiero volcar miles de palabras, quiero plasmar en texto lo que el corazón demanda: mi necesidad acuciosa de ti. Solo pido a Dios que tome control de este coctel del sentimientos que me enseñe a ver por sobre ellos que, con el corazón saliendo del pecho, pueda seguir viviendo. Y es curioso, es difícil, es real: sólo a través de él y por él la decisión del amor y el sentimiento creciente, a través de los muchos años que eres mía, se vuelve llevadera y hasta más apacible y certera.

Te amo mi reina y es que disfruto tanto vivir en esta dimensión, en la dimensión de Cristo, donde las tormentas son simples rocíos, donde las montañas son agradables montículos, donde los abismos son pequeños badenes en tierra; donde tu ausencia, la carencia de ti, es un tiempo de gozo, de crecimiento, de paz, de separación unida en paz y gozosa por la obra constante y creciente en ti y en mí, que va, en nosotros.

Te espero en él y en ti tanto como tú en mí, y prefiero pausar aquí, pues esto terminará, como bien dicen, el día que la muerte nos separe, el día que haremos la gran pausa, para vernos luego en Su Reino.

Te amo,
L. Christian Fernández.


domingo, 24 de octubre de 2010

Kelly

Si escribiera algunas prosas, si plasmara algún verso, si derramara sobre mi teclado las más hermosas palabras, éstas, ni en el mejor de los casos, podrían, tan siquiera contener, la descripción completa del lugar hacia donde tu mirada me lleva.

La naturaleza envuelve el más enigmático secreto, la dinámica de los seres, el ciclo infinito de una suprema armonía que Dios quiso que el hombre experimentara con solo dos elementos: tu y yo. Que sencillos ingredientes, que medio más infinito que Su Amor, el de nuestro Creador. En ese medio existimos, cohabitamos, nos amamos y crecemos, aprendiendo día a día a disfrutar de cada unidad de tiempo, de cada pizca de tus besos, de cada caricia.

Porque decidimos volar en este trineo sin conocer el terminal de destino, porque nos aventuramos a amarnos en este incesante vuelo. Pues las plumas de sus alas acarician nuestros rostros y nos hacen sentir seguros. Tomo tu mano y me pierdo en medio de esta locura. Pues, sin conocer el destino exacto, sabemos que estamos en lo correcto, ya que, de alguna manera y, al mismo tiempo, construimos sobre un plano que no hemos visto, pero ya está trazado y avanzamos hacia un fin eterno seguro y concreto.

Y es en esta aparente dualidad: la certeza de nuestros sueños, cada ladrillo que apilamos en esta sólida torre y la difusa sombra de la maqueta, hecha por el Maestro, de nuestras vidas; que me siento seguro.

Amar es más que lo que siento, es dejarlo todo en este hermoso terreno, fértil, santo, eterno y nupcial. Porque solo un sentimiento no basta para expresar lo que vivo. Pues es el arduo trabajo de un obrero construyendo una obra memorable. Es la convicción de un compromiso con el cielo y contigo sellado por los votos con los cuales le confesé al mundo cuánto te amo. Porque creo que nuestro matrimonio es más sólido, estable y único que la mejor aleación conocida. Porque el ser más importante de nuestra relación es Jesucristo, y eso nos da la certeza de que no nos perderemos el uno al otro nunca.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Las ventajas y desventajas del adulto y del niño

El niño puede sumergirse en un mundo de fantasías con pizcas de realidad. Es cuando ve a su padre como a un héroe, a su perro como un dragón guardián, a las sombras y la oscuridad como morada de las más temibles criaturas. Sin embargo, su visión poco entrenada de la realidad de las cosas, le impide tomar decisiones propias y afrontar los problemas con madurez.
El adulto, en cambio, se ha compenetrado a tal punto con la realidad que pierde la habilidad de creer. Inclusive, algunas veces, deja de soñar y de ver lo bueno de las cosas... las buenas y malas cosas. Este cúmulo de experiencia le dota de una habilidad única para dirigirse en la vida, tomar decisiones propias, errar y aprender.